Cuando llega el maravilloso momento en que nos convertimos
en padres, nuestro mayor anhelo es llegar a ser buenos padres, pero a veces
dudamos de nuestras capacidades e incluso de nuestras propias decisiones.
Sabemos que en algún momento nuestros hijos tendrán que
bañarse solos, o tendrán que ocuparse de guardar sus pertenencias e incluso
sabemos que deben aprender a realizar pequeñas tareas para colaborar en casa.
El punto es saber en qué momento podemos comenzar a
enseñarles y a pedirles que realicen algunas pequeñas cosas con las que pueden
ayudar y al mismo tiempo se nos plantea el interrogante de qué pedirles que
hagan porque no sabemos a ciencia cierta si tienen edad suficiente para asumir
ciertas responsabilidades.
En primer lugar, es importante pensar que todos vivimos en
una sociedad en la que cada uno cumple un rol. Muchos padres asumen todas las
tareas porque así “hacemos más rápido”. Pero en ocasiones, existen otras
excusas que nos decimos a nosotros mismos como que los niños están cansados, o que
no tienen edad suficiente para hacer algunas tareas o simplemente queremos
evitar el conflicto que se puede generar ante la respuesta negativa.
¿CUÁL ES EL MEJOR
MOMENTO PARA HACER PARTICIPAR A LOS NIÑOS EN LAS TAREAS DE LA CASA?
Pedirles que colaboren no debe generar ninguna culpa. Si
somos conscientes de las limitaciones que la edad le pone a cada niño sabremos
que no los estamos sobre exigiendo y que lo que les pedimos pueden realizarlo.
Ellos deben aprender que las cosas no se hacen solas o por arte de magia y que
a medida que nos vamos haciendo mayores las tareas en un “equipo” como es una
familia, deben ser compartidas para que todos podamos gozar de momentos de
descanso.
Si siempre repetimos a nuestros niños de 4 o 5 años: “eres
muy pequeño, no puedes hacerlo”, cuando tenga 14 o 15 él mismo seguirá
repitiendo que es pequeño y que no puede hacerlo.
Cada cosa a su tiempo. Los niños pueden asumir sus propias
tareas personales como ordenar su habitación, hacer la cama, colocar la ropa
sucia en el canasto de ropa para lavar, o lavar su taza después de la merienda.
Luego, pueden asumir otras responsabilidades que abarcan a
toda la familia como poner la mesa, retirar los platos después de comer o lavar
algunos de los ingredientes de la ensalada que vamos a preparar.
Aquí vamos a presentar una serie de ideas con algunas tareas
que los niños pueden realizar de acuerdo a la edad que tienen. ¡Te sorprenderás
con todo lo que son capaces de hacer!
NIÑOS DE 2 Y 3 AÑOS.
- Cepillarse los dientes (con un poco de ayuda).
- Guardar sus juguetes.
- Poner sus pañales sucios en el cesto de basura.
- Llevar cosas a la mesa.
- Lavar y secar sus manos.
- Poner su ropa sucia en el canasto de ropa para lavar.
- Vestirse (con un poco de ayuda).
NIÑOS DE 4 Y 5 AÑOS.
- Sacar sus juguetes de la bañera y vaciarla.
- Vestirse sólo.
- Llevar platos y cubiertos a la mesa.
- Poner su ropa sucia en el canasto de ropa para lavar.
- Recoger y guardar sus juguetes.
NIÑOS DE 6 AÑOS.
- Limpiar la mesa con un trapo húmedo después de cada
comida.
- Colocar su plato y su vaso sucio en el lavavajillas.
- Lavar su cabello (con un poco de ayuda).
- Escribir y firmar sus tarjetas de Navidad.
- Colocar algunos artículos en el canasto cuando vamos de
compras (incluso pueden cargar una bolsa liviana).
- Ayudar a sacar las bolsas de las compras del auto.
NIÑOS DE 7 A 9 AÑOS.
- Lavar el lavabo y la bañera.
- Retirar las malas hierbas del jardín.
- Buscar palabras en el diccionario.
- Lavarse el cabello.
- Prepararse un sandwich.
- Preparar el almuerzo que llevará a la escuela.
- Pasar la aspiradora.
- Redactar sus invitaciones de cumpleaños.
- Retirar los platos de la mesa y limpiarla.
- Ordenar su habitación y hacer la cama.
- Barrer el piso.
- Lavar el auto.
- Preparar su desayuno.
- Llenar y vaciar el lavavajillas.
- Doblar y guardar la ropa limpia.
- Ayudar a preparar la comida.
- Sacar la basura.
- Empezar administrar su dinero con supervisión de un
adulto.
- Preparar su ropa y su mochila para el día siguiente.
NIÑOS DE 10 A 12
AÑOS:
- Cortar el césped.
- Limpiar el piso.
- Preparar comidas sencillas.
- Usar la lavadora y la secadora.
¿CÓMO MOTIVAR A LOS
NIÑOS?
En ocasiones, los niños quieren “ayudar” y empiezan imitando
algunas de nuestras actividades. Recordemos que cuanto antes se le enseñe un
niño a asumir algunas responsabilidades, antes incorporará el hábito de
colaborar.
Si todavía no empezaste a hacer participar a tus niños de
las tareas cotidianas, nunca es tarde para comenzar a hacerlo.
Pero antes, veamos algunos puntos a tener en cuenta:
- Pidamos que sea “nuestro asistente”: El juego siempre fue
una buena forma de aprender y convertir a nuestros niños en “asistentes” puede
ser muy motivador. Si estamos preparando la comida o doblando ropa, pueden
ayudarnos trayendo los ingredientes o los utensilios o guardando las medias en
un cajón.
- Evitemos los estereotipos: Si los niños quieren ayudar en
la cocina o a lavar los platos y las niñas quieren aprender a cuidar el jardín
o a clavar un clavo para colgar un cuadro, démosles la libertad de aprender, porque
el objetivo es la participación más allá de la tarea.
- Asociemos placer con tarea doméstica: Muchas veces
encontraremos resistencia en los niños cuando les pidamos que realicen una
tarea doméstica (a veces incluso los mayores nos resistimos) y por eso, lo
mejor es hacerlo dentro de un clima agradable. En primer lugar comencemos con
“¿podrías ayudarme con…?” Y luego transformaremos el momento de trabajo en un
momento de placer. Pongamos música, hablemos de cosas, hagamos bromas… Que las
obligaciones en la casa no se transformen en un castigo sino en algo que
podamos disfrutar. Generar un sentimiento favorable en torno a las tareas
domésticas las harán más fáciles de realizar.
- Que las tareas de la casa sean un juego: Si por ejemplo
queremos pedirles a nuestros niños que ordenen su habitación, podemos
proponerles jugar “a la juguetería”. De esta manera, deberán ordenar los
juguetes de manera tal que “los clientes” puedan verlos y elegir cuál comprar.
Desde ya que tendremos que jugar algunos minutos y representar el rol de
“comprador”; pero de esta forma la rutina de guardar los juguetes puede
convertirse en un juego.
Otra opción consiste en establecer un desafío de tiempo.
Esto puede ser más agradable para niños más grandes; y proponerles que cuenten
cuantos juguetes pueden guardar en 30 segundos.
- Seamos pacientes: Desde el primer momento en que
encomendamos una tarea nuestros niños debemos tener en cuenta que es la primera
vez que lo hacen y que no lo harán con la misma eficacia y en el mismo tiempo
que nosotros. Expliquemos la tarea que deben hacer en detalle y con paciencia y
pidamos que hagan una cosa a la vez. Pensemos que cuanto más complicado sea lo
que deben hacer y más se equivoquen, más se desilusionarán con el resultado y
menos querrán volver a intentarlo.
- Agradezcamos de manera efusiva: Para los niños, realizar
una tarea de ayuda a sus padres es también la oportunidad de pasar tiempo con
ellos. Una vez que recibamos la ayuda se sentirá contento de haber colaborado,
de haber sido útil y eso le dará ánimos para volver a hacerlo o aceptar nuevos
desafíos. Agradecer con entusiasmo cada logro es una caricia para el alma de
los niños.
- No “compre” a sus niños: Muchos padres cometen el error de
dar dinero a sus hijos luego de que hayan ayudado en las tareas domésticas. Es
importante entender tanto padres como niños que las tareas cotidianas que se
realizan en una casa forman parte del trabajo que cada uno debe hacer para que
una familia funcione. No debemos inculcar a nuestros niños la idea de que su
ayuda merece un pago. Si bien a una determinada edad los niños pueden comenzar
a administrar algo de dinero con supervisión de sus padres, este dinero debe
ser entregado preferentemente un día determinado de la semana y explicar que
precisamente se trata de una forma de que vayan aprendiendo a administrar cómo
utilizarlo.
En casi todas las sociedades del mundo las mujeres somos las
que cargamos con las tareas domésticas. Otro buen ejemplo es hacer que los
maridos participen en estas actividades y que de esta manera sean del ejemplo
que nuestros hijos quieran seguir. Ver a mamá y a papá trabajar en equipo casi
no necesita de más explicaciones.
Hace millones de años, cuando los hombres comenzaron a
poblar la Tierra nadie les enseñó cómo hacer ciertas cosas pero las fueron
aprendiendo imitando a los animales e imitándose a sí mismos.
De la misma manera, hoy nuestros niños aprenden mucho más
viendo lo que hacemos y no tanto escuchando lo que decimos.
Eduquemos con el ejemplo.
Fuente: http://saludable.guru/salud-tarea-hogar-ninos
PSICOLOGÍA INFANTIL Y
ADOLESCENCIA