COMO MANEJAR LAS PATALETAS DE MI HIJA/O


Las pataletas son una intensa reacción conductual y emocional en la que el niño se ve desbordado porque su voluntad se ve frustrada y no puede realizar sus deseos. Estas tienden a salirse de control con llantos, gritos, patadas, insultos, etc., generándose situaciones de alto nivel de estrés tanto para el niño como para a los padres.

Cuando comienzan las pataletas sus padres suelen tomar alternativas como:

a) Para evitarse el escándalo le da en el gusto.

b) Ante la negativa, comienzan a ofrecerle todo tipo de sobornos para que le obedezca. Parte ofreciéndole un chocolate, sigue por un tiempo de juego en su celular. Como esto no da resultado, vienen las amenazas diciéndole que va a regalar todos sus juguetes.

c) Los padres comienzan a rogarle: “Por favor mi amorcito, no llore más que la mamá está muy cansada y le da mucha pena que usted no le haga caso”.

d) Los padres enganchan con la pataleta el ánimo negativo y se descontrolan. Se ponen a gritar de vuelta: “¡Hasta cuando haces pataletas! ¡Eres una mañosa, me tienes aburrida!”.

Cualquiera sea la alternativa tomada para el manejo de la situación garantiza que la pataleta vuelva a repetirse en el tiempo.

Cuando se cede ante el deseo, los padres le están enseñando que las pataletas son un medio eficiente para lograr lo que quiere, por lo tanto, los niños aprenderán y repetirán en el futuro esta conducta inadecuada para obtener lo que desea.

En las otras 3 alternativas, el niños/a logra algo mucho más valioso, la atención de sus padres, ya sea rogándole, sobornándole o brindándole atención negativa, que si bien es un reto, finalmente supone tener a sus padres pendiente de ella, siendo interpretado por lo niños “con la pataleta no consigo lo que quiero, pero consigo la atención de mis padres, que buena estrategia”.

La forma en que los padres manejan estas reacciones en un comienzo, son cruciales para determinar su evolución. Como padres también es importante conocer a nuestros hijos y tener presente que los diferentes temperamentos que cada uno tiene los hará más o menos propensos a las pataletas.

Una mejor manera para manejar las situaciones y evitar que las pataletas se consoliden, es no ceder a su demanda, ignorándole sin darle ni atención positiva ni negativa. Los padres pueden preocuparse mucho al sentir que si la ignoran aumentará la pataleta y se intensificará, sin embargo, hay que tener claro que la pataleta tiene un ciclo natural, llegando a un punto culmine y después comienza a disminuir. Esto siempre ocurre, puede demorarse un poco más de lo que los padres quisieran, pero cede.

ALGUNAS SUGERENCIAS PARA MANEJAR LAS PATALETAS DE TU HIJA/O:

HABLAR CON CLARIDAD

Mantén la suficiente calma para manejar la pataleta de manera correcta. Si no puedes darle eso, no puedes esperar a que se calmen. Respira profundo y espera un par de segundos antes de decidir una respuesta.

Asegúrate de que el niño tenga lo que necesita. Recuerda que la pataleta de tu niño no es necesariamente una forma de “salirse con la suya”, sino que puede ser el resultado de que le están saliendo los dientes, tal vez ensució su pañal o quizás necesita una siesta. En casos como estos, no trates de negociar con el niño, simplemente proporciónale lo que necesita. 

Pregúntale cuál es el problema. Hacer una pataleta es a menudo su manera para expresarse. Tomar en serio a tu hijo preguntándole cuál es el problema y escuchar su respuesta, puede ser de ayuda. 


Dale una explicación clara en lugar de simplemente decir “no”. Darle un motivo por tus actos ayudará a que el niño entienda las cosas y sienta que tiene más control de la situación.


Mantente firme. Sé comprensivo, pero firme cuando hables con tu hijo y una vez que hayas dado una explicación calmada, no te retractes. Es posible que tu hijo se calme o no de inmediato, pero recordará que hacer una pataleta no le dará ningún resultado satisfactorio.


Llévalo a un lugar seguro y explícale a tu hijo que hablarás con él cuando se calme.  Escoge un lugar tranquilo y pacífico que tu hijo pueda asociar con una sensación de calma. Cuando el niño se calme, cumple con tu parte del trato hablando sobre la pataleta y sus preocupaciones.

¿Estás entendiéndote con tu hijo? Si tu hijo sigue haciendo pataletas sin importar lo que hagas, es posible que quieras obtener la ayuda de un médico o un terapeuta, quienes pueden darte más ideas que se adapten a las necesidades específicas de tu hijo.

PSICOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENCIA

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