INVITADOS NECESARIOS PARA APRENDER A APRENDER…

Pensamiento Crítico, Creativo y Metacognitivo

No es nuevo lo que estamos a punto de decir, sin embargo, lo decimos con convicción: Es realmente imperativo generar nuevas estrategias educativas que contribuyan al desarrollo de habilidades socio afectivas y cognitivas que requieren las nuevas generaciones para afrontar con equilibrio el mundo de incertidumbres generado por los cambios sociales y el progreso tecnológico.
Para que los discentes logren interpretar, comprender, valorar y mantener un juicio crítico de las situaciones a las cuales se enfrentan cotidianamente; esto exige reemplazar propuestas educativas memorísticas, repetitivas y descontextualizadas por condiciones educativas que favorezcan el desarrollo de habilidades para el pensamiento crítico, creativo y metacognitivo desde los primeros años.
En este contexto, se replantea el proceso de aprendizaje como aquel proceso que desarrolle estrategias cognitivas centradas en las funciones y no en los contenidos. Nuestra propuesta, considera tres de estas funciones, como habilidades de pensamiento, muy necesarios para desarrollar en nuestros discentes:

1.- Pensamiento Crítico: En este tipo de pensamiento, se utiliza habilidades como: el razonamiento, la resolución de problemas, y la toma de decisiones. Promueve un procesamiento de la información objetivo e independiente, libre de sesgos, creencias irracionales u opiniones que no nos representan. Desarrollar esta habilidad de pensamiento, implica desarrollar individuos posicionados en su propia constitución, que no pierden claridad de pensamiento frente a lo vertiginoso que se presenta la información en nuestra época.
2.- Pensamiento Creativo: Es ciertamente un propulsor de nuestra identidad; principalmente porque frente a un problema, promueve ideas y alternativas de soluciones nuevas y originales; comprendemos, inventamos, establecemos nuevas y propias asociaciones entre lo que sabemos y lo que vamos aprendiendo, dando paso, por supuesto, a un aprendizaje significativo.
3.- Pensamiento Metacognitivo: Hablamos del grado de conciencia o conocimiento que los individuos poseemos sobre nuestra forma de pensar y aprender, es decir, tenemos conocimiento de nuestros procesos cognitivos, y además, podemos controlarlos y regularlos. Nos permite reflexionar sobre nosotros mismos, para descubrir los propios procesos de pensamiento. Desarrollar esta habilidad de pensamiento, implica entonces, un paso importante y necesario para la Autogestión y la Autonomía en el aprendizaje.
                Estas tres formas de pensamientos, se nos presenta como un fundamento necesario del proceso de aprendizaje significativo, pues el desarrollo de éstos nos acerca a una forma de autoconocimiento, y por consecuencia, nos permite la autonomía.
Enseñamos a Aprender, considerando que esto implica una constante estimulación de las habilidades cognitivas y de pensamiento que poseemos todos los seres humanos. Así como Enseñamos a Aprender sin olvidar que el aprendizaje es un proceso individual y subjetivo; de este modo, el fundamento de la enseñanza es siempre considerar el crecimiento integral de la persona. Mientras el acto de aprender, considere el aprender a aprender, a ser, a hacer y a convivir mejor con el otro, estamos verdaderamente conociendo y comprendiendo el mundo y a nosotros mismos… en otras palabras, el aprendizaje es un acto de bienestar, por sobre cualquier otra excusa.


     Paola Rojas J.
Psicóloga Clínica Educacional
Postítulo en Psicología Psicoanalítica
Profesora de Castellano y Filosofía

¿POR QUÉ LA NECESIDAD DE UN ENFOQUE INTEGRAL?

“La sociedad moderna, que ha alcanzado un grado de educación formal sin precedentes, también ha dado lugar a otras formas de ignorancia”.  (Jean Claude Michéa)

Es indudable consensuar sobre el escenario escolar actual, respecto a las dinámicas  de los estudiantes, el cual advierte un cambio conductual significativo; un claro aumento en conductas disruptivas, comportamientos problemáticos, conflictos interpersonales, conductas abusivas, intimidadoras y humillantes. Claro está que  este fenómeno no puede ser pasado por alto, pues no responde tan sólo a una supuesta crisis de valores, ni a la disgregación de la institución familiar, ni la influencia de los Mass Media. Sino que, además, representa una carencia de la educación socioemocional en el currículo, el cual debe promover el desarrollo integral de los individuos y enseñar a sostener la presión frente a la realidad cambiante –vertiginosa- de la sociedad.

Sabemos que hasta ahora la educación se nos presenta desde un enfoque tradicional, que prioriza los aprendizajes científicos y técnicos necesarios para el desenvolvimiento en la dimensión sociocultural. Sin embargo, sabemos también que el ser humano responde a una constitución no tan sólo cognitiva; somos cuerpo, somos afectos, somos energía, emociones y profundidad.

Moreno (1998), propone un fenómeno de nuestra época denominado “subdesarrollo afectivo”, que se traduce en un escaso autoconocimiento emocional, lo que no es menor, pues esto implica la base de  muchos de nuestros desequilibrios; falta de conciencia de uno mismo, como  la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, estar atentos a nuestros estados de ánimo y reacciones (pensamiento, respuestas fisiológicas, conductas manifiestas...) y relacionarlas con los estímulos que las provocan; falta de autorregulación, que implica tener conciencia de nuestras emociones para aprender a regularlas, equilibrarlas, sin reprimirlas -ya que tienen una función-. La capacidad de tranquilizarse uno mismo es una habilidad vital fundamental; falta de motivación, que es la fuerza del optimismo, imprescindible para conseguir metas importantes. Está relacionada con diversos conceptos psicológicos como el control de impulsos (capacidad de resistencia a la frustración, de aplazar la gratificación), la inhibición de pensamientos negativos (para afrontar con éxito retos vitales), el estilo atribucional de éxito y fracaso, la autoestima (expectativas de autoeficacia); y por último, falta de empatía, que se traduce como es la experimentación del estado emocional de otra persona; la capacidad de captar los estados emocionales de los demás y reaccionar de forma apropiada socialmente.


No puede aprender intelectualmente una persona que está dañada emocionalmente(Naranjo). Y de pronto, nos encontramos con niños y jóvenes en las salas de clases que presentan déficit en los niveles de bienestar  y ajuste psicológico, aumento de conductas disruptivas, violencia, y consumo de sustancias adictivas, disminución en la cantidad y calidad de las relaciones interpersonales, bajo rendimiento académico… Porque nos hemos olvidado del gran fundamento: somos seres integrales, dotados de amor, comprensión, afectos.

Como unidad, no podemos desarrollarnos desintegrados, ni separados con el otro. La educación o la instrucción formal, no debiese ser la excusa para ello. Por esta razón, creemos firmemente en la posibilidad de aportar en ese desarrollo, en el desarrollo de personas conscientes de sí mismas. 



     Paola Rojas J.
Psicóloga Clínica Educacional
Postítulo en Psicología Psicoanalítica
Profesora de Castellano y Filosofía

EN UN "NIÑO DIFÍCIL" VIVE UNA EMOCIÓN NO EXPRESADA.

Cada niño/a es un ser único y especial, con sus propias demandas y tolerancia a las frustraciones, es por ello, que es de gran importancia que conozcamos a nuestros hijos para apoyarlos y contenerlos según sus necesidades, ya que de no interiorizarnos en su personalidad, formas de ser, sólo generaremos distanciamientos, aumentando la tristeza y el enojo en el niño, y elevando el nivel de estrés en los padres, pudiendo llegar a rozar el abandono en sus hijos.

Por ejemplo, cuando un niño ha tenido un mal día en su colegio y llega irritado, en vez de interiorizarnos en lo que pudo haberle ocurrido se opta castigar por su actitud, por lo que, más que ser parte de la comprensión y contención de nuestros hijos, tendemos a abandonarlos al descuidar estas señales, logrando que se aísle sin promover el aprendizaje de sus emociones, las causantes de ellas, el cómo entenderlas y encausarlas.

Debemos dejar en claro, que un niño con dificultades en su comportamiento no necesariamente pasa por tener una crianza con carencias de protección y amor, sólo que hay algo que no estamos sabiendo hacer para que se genere un espacio protegido, seguro, y de libertad para expresar lo que le aflige.

Los siguientes tips son unos de los tantos recursos que existen para mejorar el comportamiento en niños con dificultades emocionales.

Hablemos con nuestros hijos sin juzgarlos.
No los comparemos con sus hermanos,
primos y/o amigos.
Expresa lo importante que es
para ti lo que diga y será
escuchado sin ser castigado.
 

Enseñales a relajarse
por medio de la respiración.
Muéstreles que a cada emoción
le corresponde una palabra y
que puede ser expresada.
(De no querer verbalizar
incentive a que dibuje la emoción) 


Cecilia Concha  A.
Psicóloga Clínica Educacional
Diplomado en Psicología Transpersonal
Especialización en Matemáticas Básicas, Medias y Avanzadas