Los Riesgos de la Hiperpaternidad: "Cuando la sobreprotección límita el propio desarrollo".

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La psicóloga estadounidense Madeline Levine fue la primera en usar el concepto de "hiperpadres". Constata, que la paternidad se habría convertido en una carrera contra reloj, con una meta clara: el triunfo de los hijos.

Los cambios culturales respecto de los roles y las tareas en la sociedad y en el hogar impulsaron también una nueva imagen de padre y madre. 

 Los "hiperpadres" suelen hablar en plural sobre sus hijos y las elecciones de vida: "No tomamos gaseosa de noche", "no miramos televisión" u "hoy tenemos prueba de matemática". También se los denomina "padres helicóptero", porque siempre sobrevuelan la vida de sus hijo. 

"El problema es que actúan de padres. Hacen todo lo que ellos creen que un buen padre debería hacer. Llevarlos, traerlos, conseguirles vacantes en los mejores colegios, que hagan un taller de arte con algún artista reconocido. Pero, contrariamente, no ejercen la función parental, que es la base de la integración del yo de sus hijos", detalla Eva Rotenberg, autora del libro Parentalidades.

La paradoja de la hiperpaternidad es que cuanto más perfecto buscas que sea tu hijo, más inseguro lo haces. Un chico que se tiene confianza tiene el «yo puedo» incorporado. Uno criado con hiperpadres tiene el «mis padres lo harán por mí» incorporado. Y eso es un atentado contra la autoestima."Hay una regla de oro para evitar caer en la sobreprotección: no hacer por los hijos nada que ellos puedan hacer por sí mismos. Ayudarlos está bien, pero entrometerse en todos sus asuntos no. ¿Quieres ayudarlo? No lo ayudes tanto en todo. Antes de saltar a su rescate, pregúntate si eso es algo que él o ella puede hacer solo. Es posible criarlos para que tengan confianza en sí mismos, desarrollen su inteligencia, sean responsables y felices sin estar sobrevolando sus vidas.

"Si pretendemos profesionalizar la vida fa miliar, apuntamos a un rendimiento, a una carrera de metas y logros, en lugar de buscar la felicidad", explica la psicóloga y orientadora familiar Adriana Ceballos.


"Ser padres es otra cosa. Es establecer con el hijo un vínculo profundo, es asumir ser esa persona que le va a enseñar el mundo y que lo va a conducir a descubrir quién es. No por llenarlo de actividades el chico va a aprender. Al contrario, un niño que no tiene desarrollada su subjetividad seguramente tendrá problemas para aprender cosas nuevas", advierte Rotenberg.

Los chicos no necesitan padres perfectos, necesitan padres presentes. Conectados, pero no «hiperpadres». La sobreprotección atenta contra el nivel de confianza de un chico", apunta Verónica de Andrés, autora de Confianza total para tus hijos. 

 Equipo Psicometacognición

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