QUE LAS PRISAS COTIDIANAS NO TE PRIVEN DE VIVIR EL ENCANTO DE LA NIÑEZ

Las prisas son nuestras peores “demandas” y prioridades. Son las encargadas de hacernos creer que si no están cubiertas, el resto del día ya no será funcional, sin embargo, es uno quien los pone en una primera instancia no dándonos la posibilidad de hacerlas esperar ante situaciones que requieren ser prioridad, como por ejemplo; el TIEMPO, recurso tan escaso en estos días.

Ir todos los días a gran velocidad, ¿Qué queremos conseguir con eso? ¿Estamos disfrutando a nuestros hijos? ¿Estamos siendo conscientes de lo que nos estamos perdiendo y de lo que les estamos haciendo perder?

Debemos hacer el ejercicio de reflexionar si ofrecemos TIEMPO a nuestros niños, para ello hemos construido una lista que te podrá ayudar a profundizar en ello:
  • ¿Me doy el tiempo de despertar a mi hija/o con cariños ofreciendo un desayuno con tranquilidad y amor?
  • ¿Me siento a almorzar con ellos sin distracciones como la televisión, diarios o lrevistas?
  • ¿Hace cuánto tiempo que no tengo un panorama a solas con mi hija/o?

Es necesario y constructivo generar espacios y momentos de complicidad y confidencialidad, para ello:
  • Podemos caminar por lugares tranquilos, que nos brinden un entorno que favorezcan las conversaciones permitiéndonos seguir conociéndonos.
  • Apagar celulares y todos aquellos aparatos que solo aportan distracción. (No le exijas a tu hijo que ponga su celular en silencio en formato de orden, puedes solicitarlo y pedírselo de buena manera)
  • De vez en cuando podemos tirarnos en cualquier lugar de la casa y no hacer absolutamente nada.
  • Buscar juegos que potencien la creatividad, la capacidad de expresarse, de reír.

Es esencial dejarles elegir cómo quieren vivir y hacer de su día, pues a veces limitamos en exceso su día con obligaciones sin considerar sus intereses.

No permitamos que la formación de nuestros hijos esté marcado y predeterminado por los apuros cotidianos. No existe mejor regalo que estar presente, acompañarlos, disfrutarlos, y ser parte consiente de sus procesos, desarrollo y crecimiento en calma.


Psicología Infantil y Adolescencia

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