Muchos niños están siendo medicados, mal diagnosticados, calificados y juzgados por no responder como el medio, la escuela o la familia, lo espera. Por ejemplo, cada dos años se duplica el número de niños a quienes se está medicando por TDA (trastorno por déficit de atencional).
Muchos síntomas comunes ocurren por una variedad de razones, y pueden reflejar varios diagnósticos diferentes. Es por eso que un buen profesional de la salud mental le proporcionará a su hijo una evaluación detallada basada en una amplia gama de información antes de emitir un diagnóstico. Es crucial entender lo que hay realmente detrás de un comportamiento en particular, porque al igual que en la medicina, el diagnóstico que su hijo reciba puede cambiar drásticamente el tratamiento apropiado. Los medicamentos para TDAH, por ejemplo, no funcionan si la falta de atención o comportamiento perturbador es causada por la ansiedad, no por TDAH. Y al igual que cualquier médico general haría, cuando el tratamiento no funciona, ya sea si es terapéutico o farmacéutico, una de las cosas que un buen clínico hará es reexaminar el diagnóstico.
Aquí mostramos algunos de los síntomas psiquiátricos que pueden ser fácilmente mal interpretados en niños y adolescentes, y conducir a un diagnóstico erróneo. Por cada síntoma, explicamos el diagnóstico al cual está normalmente asociado, y cuáles son algunas de las causas alternativas por las cuales ese comportamiento se puede dar.
Los errores de diagnóstico más comunes son:
1. DÉFICIT DE ATENCIÓN
2. PENSAMIENTOS ANGUSTIANTES REPETITIVOS
3. HABLA RESTRINGIDA
4. TRISTEZA, FATIGA Y DIFICULTAD PARA PENSAR CLARAMENTE
5. COMPORTAMIENTO PERTURBADOR
1. DÉFICIT DE ATENCIÓN
El diagnóstico común: TDAH
Los
maestros suelen ser los primeros en observar el síntoma de déficit de atención,
cuando observan que un estudiante se distrae con demasiada facilidad, tiene
tendencia a fantasear, y muestra dificultad para completar los deberes y seguir
instrucciones. A pesar de que todos los niños, especialmente los más pequeños,
suelen tener períodos de atención más breves que los adultos, algunos niños
tienen mucha más dificultad para concentrase que otros.
Una
falta de atención que está fuera del rango típico es uno de los tres síntomas
claves de TDAH, junto con la impulsividad e hiperactividad. Por esa razón
cuando un niño parece distraerse más de lo normal, el TDAH suele ser lo primero
que los padres y médicos sospechan. Sin embargo, hay muchas otras posibilidades
que pueden contribuir a la falta de atención.
El
niño que tiene falta de atención es posible que presente un déficit de atención
porque tiene TDAH, o puede distraerse porque está preocupado por su abuela que
está enferma en el hospital, o porque lo están acosando en el patio del colegio
y se acerca la hora el recreo”. (Déficit de Atención por Ansiedad), o por
aburrimiento, o por una autoestima disminuida que requiere ser reforzada por el
mal comportamiento en función de la sustentabilidad del yo, entre otros.
Otras posibilidades, y que
pueden estar confundiéndose con el TDAH:
Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC):
Muchos
niños con TOC se distraen debido a sus obsesiones y compulsiones, y cuando el
TOC es lo suficientemente grave, pueden pasar la mayor parte del tiempo
obsesionándose. Esto puede interferir con sus vidas diarias de muchas maneras,
como prestar atención en la escuela. Y como muchos niños con TOC con frecuencia
se avergüenzan de sus síntomas, pueden tratar de ocultar sus compulsiones. Es
muy común ver a los niños controlar sus rituales en la escuela, sólo para verse
dominados por ellos al llegar a casa. Por lo tanto, la maestra puede observar
que un estudiante tiene dificultad para concentrarse y suponer que tiene un
problema de atención porque su TOC no es evidente.
Un
niño puede estar en clase pensando de manera obsesiva que necesita hacer algo
para evitar que suceda algo terrible. En ese momento, la maestra le hace una
pregunta. Cuando el niño no sabe qué responder, puede dar la impresión de que
no estaba atendiendo, sin embargo, la verdadera razón es que estaba pensando en
algo obsesivamente”.
Trastorno de Estrés Post-Traumático (PTSD):
Algunos
niños también pueden parecer sufrir un déficit de atención tras la exposición a
un acontecimiento traumático. “Muchos de los síntomas de Trastorno de Estrés
Post-Traumático (PTSD, por sus siglas en inglés) se asemejan a los de TDAH”. Los
síntomas más comunes en PTSD, tales como dificultad para concentrarse, reacción
de alarma excesiva, e hipervigilancia, pueden hacer que el niño parezca estar
ausente y sobresaltable.
Dificultades de aprendizaje:
Cuando
una niña parece mirar para todas partes menos el libro que debería estar
leyendo, también es posible que tenga algún trastorno de aprendizaje. La
dislexia no diagnosticada no sólo puede hacer que la niña no se esté quieta
debido a la frustración, podría darle vergüenza no ser capaz de hacer lo que
hacen los demás niños, e intentar ocultarlo. Sentirse como un fracaso es un
gran impedimento a la concentración, y cualquier cosa que pueda aligerar ese
sentimiento será una distracción bienvenida.
El
cincuenta por ciento de los niños que tienen problemas de aprendizaje
manifiestan falta de atención, destaca la Dra. Nancy Rappaport, profesora de la
Escuela Médica de Harvard especializada en atención de salud mental en el
entorno escolar. “En el caso de estos niños es necesario intervenir para
ayudarles a superar sus déficits de aprendizaje, sino el tratamiento con
estimulantes será un fracaso”.
En
los casos más complicados, agrega la Dra. Rapport, nos encontramos con niños
muy inteligentes que han compensado eficazmente sus dificultades de aprendizaje
durante años, haciendo un gran esfuerzo. “Han sido capaces de ocultar sus
debilidades hasta que crecen y la carga se hace demasiado pesada. Con
frecuencia se les diagnóstica con un TDAH o depresión, a menos que alguien
descubra el problema de aprendizaje”.
2. PENSAMIENTOS
ANGUSTIANTES REPETITIVOS
El diagnóstico más común:
PTSD
Los
pensamientos intrusivos y recuerdos que un niño no puede controlar son uno de
los síntomas claves de Trastorno por Estrés Postraumático (PTSD, por sus siglas
en inglés). Los médicos ven el PTSD como una respuesta de “lucha o huida”
dañada en un niño que ha tenido una experiencia traumática, tanto si fue un
suceso que le afectó mucho o un patrón de violencia doméstica o abuso. La
experiencia ya ha pasado, pero el niño continúa reviviendo la ansiedad.
Esto
se puede manifestarse en forma de recuerdos recurrentes, pensando sobre el
evento una y otra vez, o experimentando pensamientos atemorizantes que se les
quedan “grabados”.
Otras posibilidades:
TOC:
“En
el caso de personas con TOC o PTSD, estos pueden experimentar pensamientos que
irrumpen en su mente, pensamientos en los cuales no quieren estar pensando”,
dijo el Dr. Howard. “Estos pensamientos le vienen a la cabeza involuntariamente
y sin su control. En ambos casos, estos pensamientos causan angustia, y tiene
que hacer un esfuerzo para controlarlos”. Sin embargo, hay una gran diferencia
entre los pensamientos repetitivos de ambos trastornos, destaca el Dr. Howard:
“Con el TOC la causa de la angustia es una idea abstracta, pero con el PTSD es
el recuerdo de un suceso real ocurrido en el pasado”.
3. HABLA RESTRINGIDA
El diagnóstico común:
Autismo
El
autismo es un trastorno del desarrollo que causa problemas de comunicación en
los niños. Los niños con autismo pueden tener un retraso (o ausencia completa)
del desarrollo del habla. Las señales más obvias de autismo aparecen usualmente
entre los 2 y los 3 años de edad. A pesar de que muchos niños en el espectro
pueden hablar, es posible que usen el lenguaje de manera inusual, eviten el
contacto visual, y prefieran estar solos. Los maestros pueden ser los primeros
en darse cuenta cuando ven que el niño no interactúa socialmente con sus
compañeros de una manera apropiada.
Otras posibilidades:
Mutismo selectivo:
El
mutismo selectivo es un trastorno de la ansiedad en el cual los niños no hablan
en determinadas situaciones sociales. Muchos niños con mutismo selectivo hablan
mucho en casa, pero no hablan nada en otros lugares, como en la escuela. Es
posible que no se comuniquen nada con sus compañeros o maestros, lo que puede
llevar a los profesionales de la escuela a preocuparse por su desarrollo
social. Estas dificultades sociales pueden llevarles a pensar que están dentro
del espectro del autismo.
“Se
pueden tener dificultades con la comunicación por muchas razones”, destaca el
Dr. Kurtz. “La clave está en la consistencia en diferentes situaciones. Los
niños con mutismo selectivo serán muy sociales y hablarán por los codos en
algunos lugares, si no es así, probablemente no padezcan de mutismo selectivo”.
A
la hora de realizar el diagnóstico, es importante distinguir entre déficit de
habilidad y déficit de desempeño. Los niños con mutismo selectivo tienen un
déficit de desempeño porque tienen la capacidad de hablar pero no pueden
mostrarla en todos los lugares, mientras que los niños dentro del espectro
tienen déficits de habilidad, por lo que no pueden mostrar determinadas
habilidades en ningún lugar.
Los
niños con mutismo selectivo pueden también mostrar otros síntomas que apuntan a
autismo. Algunos niños con mutismo selectivo parecen estar “apagados” a nivel
afectivo. “Debido a que el niño está tratando, conscientemente o no, de
persuadir a los demás de que no se acerquen a él, su contacto visual será
deficiente como el de un niño dentro del espectro, manifestando un estado
afectivo plano como el de un niño dentro del espectro”, afirma el Dr. Kurtz.
“No va a parecer un niño cuyo único problema sea su incapacidad de hablar”.
4. TRISTEZA, FATIGA Y
DIFICULTAD PARA PENSAR CLARAMENTE
El diagnóstico común: depresión
Para
la mayoría de la gente resulta fácil reconocer los síntomas de la depresión:
sentimientos de tristeza, interés disminuido en actividades habitualmente
agradables, fatiga, cambios de peso y dificultad para concentrarse. Es normal
sentirse a veces triste, pero si los niños experimentan tristeza o
irritabilidad durante más de dos semanas y afecta a su capacidad de funcionar,
podría llevar a pensar que se trata de un episodio depresivo.
Otras posibilidades:
Hipotiroidismo:
El
hipotiroidismo sucede cuando el tiroides (una glándula ubicada en el cuello) no
segrega suficiente cantidad de ciertas hormonas importantes. Los síntomas de
hipotiroidismo son muy similares a los de la depresión, e incluyen fatiga,
aumento de peso, sentimientos de tristeza, y dificultad para pensar claramente.
Sin embargo, el tratamiento para el hipotiroidismo es muy diferente: el
tratamiento para los niños con hipotiroidismo consiste en la reposición de la
hormona tiroidea.
Trastorno de ansiedad:
Ciertos
trastornos de ansiedad, tales como el TOC, pueden debilitar y asustar
extraordinariamente a las personas que lo sufren. Los niños con TOC pueden
tener pensamientos obsesivos en los que hacen daño a sus seres queridos y otras
imágenes violentas o sexuales. A pesar de que estos pensamientos obsesivos no
son cosas que el niño desee realmente que sucedan, tiene dificultad para
sacarlos de su cabeza. En ocasiones lo primero que se observa es un estado de
ánimo depresivo, pero este puede ser secundario a otro trastorno como el TOC.
Debido a que a muchos niños con TOC les avergüenzan sus pensamientos, es
posible que no se sientan cómodos compartiéndolos, y por ello ser
diagnosticados erróneamente con depresión.
“Hay
muchos casos en los que los niños que tienen miedos o pensamientos inquietantes
se deprimen porque están asustados y tienen la impresión de que las cosas no
van a mejorar”, explica la Dra. Rachel Busman, psicóloga clínica en el Centro
para Trastornos de Ansiedad y del Estado de Ánimo en Child Mind Institute. “Es
por eso que es tan importante evaluar los síntomas con precisión y obtener un
historial que indique cuándo comenzaron. Hay tratamientos excelentes para los
trastornos de ansiedad y depresión; una vez disponemos de un diagnóstico, el
tratamiento puede enfocarse en estos síntomas”.
5. COMPORTAMIENTO
PERTURBADOR
El diagnóstico común: ODD
Casi
todos los niños tienen de vez en cuando pataletas o ataques de ira, pero cuando
los niños se muestran repetidamente insolentes, desafiantes, o incapaces de
controlar su ira, esto puede afectar seriamente su funcionamiento en la escuela
y ser causa de gran intranquilidad en la familia. Con frecuencia, se da por
sentado que estos niños padecen de un trastorno negativista desafiante (ODD,
por sus siglas en inglés) el cual se caracteriza por un patrón de
comportamiento negativo, hóstil, o desafiante. Los síntomas de un niño con ODD
son entre otros, perder el control, discutir con adultos, enfadarse con
facilidad, o desobedecer actívamente reglas y órdenes. Para ser diagnosticado
con ODD, el comportamiento perturbador del niño debe ocurrir durante al menos
seis meses y afectar negativamente su vida en la escuela o en casa.
Otras posibilidades:
Trastornos de ansiedad:
A
los niños con trastornos de ansiedad les cuesta mucho enfrentarse a situaciones
estresantes. Cuando un niño con un trastorno de ansiedad no tratado es expuesto
a una situación estresante, puede mostrar signos de ODD en un esfuerzo por
escapar dicha situación o evitar la fuente de un miedo intenso. Por ejemplo, un
niño con ansiedad social grave puede agredir a otro niño si se encuentra en una
situación difícil. Un niño con TOC puede alterarse extremadamente y gritarle a
sus padres si no le proporcionan repetida y constantemente las palabras tranquilizadoras
que utiliza para manejar sus miedos obsesivos. “Es probable que ocurra más de
lo que pensamos, ya sea ansiedad que parece ser perturbadora o ansiedad que
coexiste con comportamientos perturbadores”, afirma el Dr. Busman. “Y esto es
otra razón por la que necesitamos disponer de una evaluación diagnóstica
completa”.
Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH):
Muchos
niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH),
especialmente aquellos que experimentan impulsividad e hiperactividad, pueden
manifestar muchos síntomas que parecen signos de ODD. Estos niños pueden tener
dificultad para sentarse quietos, puede que cojan y jueguen con cualquier cosa
a su alcance, hacer de pronto algún comentario inapropiado, tener dificultad
para esperar su turno, interrumpir a los demás, y actuar sin pensar en las
consecuencias. Estos síntomas son más el resultado de en déficit en sus
funciones ejecutivas (su capacidad para pensar antes de actuar y evaluar el
impacto de su comportamiento) que de un comportamiento deliberado propio de
ODD.
Dificultades del aprendizaje
Cuando
un niño se porta mal repetidamente en la escuela, es posible que dicho
comportamiento tenga su origen en una dificultad de aprendizaje no
diagnosticada. Por ejemplo, si le cuesta mucho dominar las matemáticas, y no es
capaz de resolver determinados problemas, o cuando su siguiente clase sea la de
matemáticas, lo harán sentirse frustrado e irritado.
“Los
niños con problemas de aprendizaje pueden ser maestros del engaño; no quieren
revelar su vulnerabilidad e intentarán evitar que los demás se den cuenta de
sus dificultades”, explica la Dra. Rappaport. “Si un niño tiene problemas para
escribir, las matemáticas o la lectura, en vez de pedir ayuda o admitir que
está atascado, es posible que prefiera romper los deberes, o pelearse con otro
niño para crear una distracción”.
Prestar
atención a cuándo aparecen los comportamientos problemáticos puede conducir a
desenmascarar un problema de aprendizaje, añade. “Si padres y maestros están
buscando las causas de cambios bruscos de humor, es útil el tomar nota de cuándo suceden para
determinar los puntos débiles de los niños y conseguir su colaboración”.
PSICOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENCIA