No todos los niños que son físicamente activos pueden ser
considerados hiperactivos. A menudo, la principal causa de la actividad
desmedida tiene más que ver con que sean impacientes, desobedientes o,
simplemente, que estén aburridos.
Determinar si un niño es
hiperactivo solo puede ser diagnosticado por un médico,
pero hay una serie de síntomas en torno a los cuales los padres deben prestar
atención. A continuación te explicamos cuáles son los más importantes.
Los principales síntomas que un niño
puede tener respecto a este asunto son:
· No escucha.
Realiza continuos movimientos.
Si está sentado durante largos
periodos de tiempo suele tener rabietas.
Interfiere en otras conversaciones
y/o juegos sin esperar.
Responde a preguntas de manera rápida
sin pensar en lo que le han preguntado realmente.
Si después de un resultado en un
examen los médicos no están seguros de que este comportamiento sea el resultado
de alteraciones en el desarrollo físico y mental del niño, podemos solucionar
el problema siguiendo estos pasos:
TRUCOS PARA CONTROLAR LA HIPERACTIVIDAD
1. Los padres son el factor más decisivo en la educación de los niños: En presencia del niño, trata de mantener un estilo
positivo, agradable y relajante para responder a todo lo que ocurre a su
alrededor. No hay que expresar de manera exaltada las emociones ni
levantar la voz, hay que tener un lenguaje corporal relajado durante las
conversaciones. Estos actos, a menudo provocados por los padres, dan un ejemplo
negativo al niño.
2. Tener una dieta equilibrada: Evitar o moderar los alimentos azucarados como el
chocolate, los caramelos, las galletas, los pasteles y productos refinados en
la medida de lo posible. Se deben realizar 5 comidas al día con un horario
establecido, siempre teniendo en cuenta las actividades diarias que realice el
niño.
3. Realización de actividades al aire libre: El niño debe estar el máximo tiempo posible en la
calle. Correr y jugar es necesario siempre, ya que conduce a la mejora de
la atención y la memoria del niño. Hay que darle mayor libertad en la calle y
en los parques, dejándole correr y saltar, ensuciarse, pasar a través de los
charcos, subirse a columpios, toboganes, etc. Todo esto contribuye a la
liberación del exceso de actividad y la armonización del estado emocional del
niño.
4. Alternar actividades:Programar
de forma alterna las actividades activas y tranquilas con una frecuencia de 15
o 30 minutos. La única excepción es la de la hora de la siesta.
5. Siestas obligatorias:
Incluso en edad escolar los niños necesitan necesariamente una siesta. Su
duración debería estar en torno a las dos horas. Tratar de fijar una hora de
acostarse de forma estable y rutinaria es muy conveniente, así como realizar
baños con agua caliente, que tiene un efecto muy calmante y de relajación en
los niños.
Fuente: http://blog.bosquedefantasias.com/noticias/ninos-inquietos-hiperactivos
PSICOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENCIA
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