Este síndrome se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia
subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para
la persona y la organización.
Desde la perspectiva clínica, se describe como:
"Sensación de fracaso y una
existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga por exigencias de
energías, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador". El
autor afirma que el Burnout es el Síndrome que ocasiona la "adicción al
trabajo".
Desde la perspectiva psicosocial se afirma que el
Síndrome de Burnout hay que entenderlo primeramente como un proceso de respuesta emocional, situando los
factores laborales y los organizacionales como condicionantes y antecedentes.
Desde la perspectiva psicosocial, es necesario
diferenciar el síndrome de Burnout con el estrés crónico. Para establecer esta
diferenciación exponemos que:
- Se puede estar
estresada/o y seguir funcionando, aun cuando sea difícil. En cambio,
cuando el Síndrome de Burnout aparece es necesario hacer cambios radicales
en nuestra manera de enfrentar las tensiones.
- Así como el estrés es
asociado a numerosas razones o causas, muchas de las cuales pueden
pertenecer al ámbito de la vida cotidiana, las definiciones de Burnout
están más vinculadas al mundo laboral.
- Otra de las grandes
diferencias del estrés con el Burnout es que mientras el primero puede ser
experimentado positiva o negativamente por la persona, el segundo es un
fenómeno exclusivamente negativo.
Maslach y Jackson entienden que el Burnout se
configura como "un Síndrome
tridimensional caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y
reducida realización personal":
1.- Agotamiento Emocional: Se le describe como fatiga o falta de energía y sensación de que los recursos emocionales se han agotado. Puede
darse en conjunto con sentimientos
de frustración y tensión,
en la medida
que ya no se
tiene motivación para seguir lidiando
con el trabajo. Las personas se sentirían desgastadas e incapaces de
recuperarse. Cuando despiertan en las mañanas carecen de la energía para
enfrentarse a nuevos
proyectos, sintiéndose como
si no hubieran
dormido en absoluto. Este cuadro
sería la primera reacción a las demandas estresantes del trabajo.
El agotamiento no es simplemente experimentado,
sino que gatilla en las personas la necesidad
de realizar acciones para
distanciarse emocional y cognitivamente del trabajo, presumiblemente como
una forma de lidiar con la
sobrecarga.
Esta dimensión
se caracteriza por dejar a las personas sin recursos ni
energías y con la sensación de que no puede ofrecer nada más, manifestando
síntomas físicos y emocionales. Aparecen manifestaciones de irritabilidad,
ansiedad y cansancio que no se recuperan con el descanso.
2.- Despersonalización: La dimensión
de Despersonalización o
Cinismo da cuenta
del desarrollo de actitudes negativas
e insensibilidad hacia
las personas que
se atiende y
a los colegas en el trabajo. Esto deriva
en conflictos
interpersonales y
aislamiento. El estilo del trato
despersonalizado a las personas se basa en generalizaciones, etiquetas y
descalificaciones, como un
intento de evitar
cualquier acercamiento que sea
desgastante.
Esta dimensión se
refiere a la “deshumanización del individuo”, éste se
torna cínico en cuanto a sus sentimientos hacia los clientes, compañeros de trabajo y la organización. Además se comienza a tratar a las personas como
objetos, actuando en forma
distante e impersonal.
El Cinismo es un mecanismo que permite reducir al
mínimo las emociones potencialmente
intensas que podrían
interferir con el
funcionamiento en situaciones de la
crisis. Esto
se debe a
que la persona
minimiza su involucramiento y compromiso con un trabajo que percibe como
muy demandante, sacrificando sus ideales
para protegerse de la fatiga y la desilusión.
Por ejemplo, puede usar un lenguaje
denigrante o descalificador para
referirse a los
clientes e intelectualizaciones
recurrentes de la situación. Así mismo, desarrollan actitudes rígidas y
burocráticas, es decir, se guían “estrictamente por las reglas”, aunque no
aporten a la
solución del problema,
de modo que evitan involucrarse personalmente con
las dificultades de
las personas con
las que trabaja.
3.- Falta de Realización
Personal: Esta
dimensión alude a la sensación de que no
se están obteniendo logros
de su trabajo,
autocalificándose negativamente. Esto alude a las dificultades en el desempeño.
Esta dimensión describe la tendencia a auto
evaluarse negativamente, declinando
el sentimiento de competencia en
el trabajo. En
otras palabras, los
empleados sienten que no se desempeñan tan bien como lo hacían en un
comienzo. Así mismo,
se tiene la
constante sensación de falta de progreso y la persona se siente
inefectiva, aumenta su sentimiento de inadecuación y cada nuevo proyecto es
sentido como abrumador (Maslach y y otros, 1997).
El Síndrome de Burnout comprende una serie de
alternativas físicas, comportamientos mentales y emocionales que tienen su
origen en factores individuales, laborales y sociales.
Elementos comunes del fenómeno:
- Predominan síntomas disfóricos,
tales como: fatiga emocional,
conductual y depresión.
- Hay un énfasis en
síntomas mentales o conductuales.
- Es un síndrome que
sólo aparece en contextos de trabajo.
- Los síntomas se manifiestan en personas normales
que no han sufrido antes de psicopatologías.
- El desempeño del
trabajo deficiente ocurre
por actitudes y
conductas negativas
Lo que antes era importante y significativo, se
vuelve desagradable, insatisfactorio
y carente de
significado. Al inicio
de un trabajo,
las personas se
sienten energéticas y
dispuestas a comprometer tiempo
y esfuerzo en él.
En general, tienen muy
buenos resultados en
su evaluación de
desempeño, es decir comienzan sin síntomas de Burnout. Energía,
eficacia y compromiso, son la cara opuesta del Burnout. La energía se convierte
en fatiga, el compromiso en cinismo y la efectividad en inefectividad y
sensación de no lograr lo propuesto (Maslach y otros, 1997).
Psicometacognición
Psicoterapia Integral
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