Una de mis constantes preguntas
como psicóloga es: ¿Por qué la psicología se ha limitado hasta ahora en abordar
la salud mental desde la Intervención y/o la Prevención y no desde la
Promoción?. En otras palabras, la psicoterapia ha abordado, de manera eficaz,
la salud mental desde la enfermedad o el malestar psíquico de la persona, pero ha dejado afuera la promoción del bienestar, la salud, la
completud, la integración de sí mismo. Ciertamente, tanto la intervención como
la prevención en problemas psíquicos son necesarios, sin embargo, la terapia psicológica
también puede ser abordada como un medio de promoción de autoconocimiento y
desarrollo personal.
Existe otra
forma de focalizar la comprensión y entendimiento que la psicología ha logrado
del ser humano, un foco que promueve el desarrollo de autonomía de la persona y
su potencial natural, antes del surgimiento del “malestar”. Entendemos, por
ejemplo, de los trastornos psicosomáticos, que el malestar psíquico logra
enfermar al “organismo”. Entonces, ¿por qué no promover el bienestar psíquico
para que el organismo se mantenga “sano”?.
Este
enfoque promocional en psicoterapia lo hallamos, por ejemplo, en la Terapia Gestalt, la cual se propone no
tan sólo como un eficaz abordaje terapéutico, sino también como una filosofía
de vida que prima la conciencia, la propia responsabilidad de los procesos en
curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo para auto-regularse de
forma adecuada con un medio cambiante.
En
este sentido, “el darse cuenta”, “la homeostasis” y “el contacto”, como fundamentos de la terapia Gestalt, debiesen ser
promocionados, y no tan sólo utilizados como parte de la aplicación de la
terapia; sino más bien, promocionados institucionalmente desde la infancia, a
través de la familia y el sistema escolar –quizás desde una resignificación de
la psicología educacional, o una comprensión de que el sistema escolar no está
respondiendo a lo que se considera uno de los pilares importantes de la
educación: Aprender a Ser-
Quiero decir
que, si aprendemos a internalizar el “darse
cuenta”, como una capacidad del ser humano en sus distintas zonas,
podríamos, ciertamente, integrar todos nuestros procesos y “trabajar”
autónomamente en ellos, sin necesidad de
enfermarnos o sentir el malestar psíquico para darnos cuenta. En otras
palabras comprender desde un “auto-apoyo” dónde se activa o se estanca nuestra
energía. Creo que, nuestra actuación en la vida, dejaría de ser inconclusa o
incompleta, proponiendo así nuestro fluir.
Por otro lado,
la promoción de Autorregulación,
como resultado de una comprensión de nuestra interacción en equilibrio con el
medio circundante, sugiere una comprensión de nuestras necesidades, y una forma
creativa y autónoma de satisfacerlas, con el objetivo de protegerlas de las
interferencias, muchas veces impuestas. Es así, como se relaciona “el contacto”, de manera que la persona
pueda comprender los límites del yo en contacto con los otros y lo demás; un
contacto que promueva el desarrollo y crecimiento del ser humano.
Desde
esta mirada, la concepción de Salud se define como un modo de Ser y Estar en el mundo de manera integrada,
desde la necesaria autoaceptación y comprensión de sí mismo, considerando, la
autorresponsabilidad, por sobre la censura -parecido al antiguo concepto griego
de Metanoia; en la cual el conocimiento de sí mismo es la medicina-.
Para
concluir, quisiera insistir en que frente a tanta fractura que, a veces,
pareciera multiplicarse y replicarse, especialmente en quienes recién comienzan
a vivir, se hace imperativo que nos enfoquemos en promocionar la autonomía, la
auto responsabilidad, la autorregulación, la auto actualización….en otras
palabras, la activación de nuestro potencial, por sobre el “asistencialismo”
psicológico, que pareciera más promotor de la enfermedad y el malestar, que de
la salud y el bienestar.
Psicometacognición
Psicología Integral
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