De entre todos los sentimientos, la ira es el más
complicado de dominar. Requiere de autocontrol y por eso los niños -carentes
aún de las herramientas necesarias- son dados a protagonizar todo tipo de
berrinches.
Si bien la técnica de la pregunta es efectiva, no
es la mejor para abordar berrinches con niños muy pequeños, siendo más
recomendable a partir de 5 años, ya que necesitaremos que los niños razonen con
nosotros de acuerdo a su edad.
La técnica es sencilla, cuando la rabieta se desate
porque un juguete se ha roto o algo no salga como ellos quieren, les miraremos
a los ojos y de forma calmada preguntaremos:
“¿Esto
es un problema grande, un problema mediano o un problema pequeño?”
Pensar en estos términos es algo mágico ya que el
niño es capaz de medir la importancia del problema, buscar formas de abordarlo
y resolverlo, dotándole de herramientas para su vida adulta.
Si el
problema es pequeño, no le costará entender que puede resolverse con una
acción muy simple. Por ejemplo, si tiene una rabieta porque no le has puesto el
pantalón que quería, puede comprender que el problema es muy pequeño y solo
debe ir al armario a buscar el que le guste.
Si es medio,
le explicaremos que se puede resolver, pero necesitará tiempo. Por ejemplo, si
el pantalón está sucio y no puede ponérselo, le ayudaremos a poner una lavada
para que lo pueda usar mañana, resuelva el problema y aprenda a esperar el
resultado.
Si es grande,
grande desde el punto de vista de un niño, no debemos minimizarlo sino darle la
importancia debida y ayudarle a aceptar que hay cosas que no podemos cambiar, o
al menos, de forma inmediata.
Tras unas semanas de preguntas, veremos que nuestro
hijo o hija comienza a clasificar los problemas fácilmente, y a resolver solo
los más pequeños. Será el momento de felicitarles por su creciente autonomía.
Obviamente, esto es una técnica que dependerá de
muchos factores y diálogos, pudiendo darse incluso alguna emboscada, esto es
una clasificación errónea para forzarnos a complacerles. Es entonces cuando
volveremos a sacar la “varita del raciocinio” para ir educando a nuestras
pequeñas personitas. Al fin y al cabo, está es una aventura de aprendizaje
mutuo.
***Existen ciertas señales que nos
indican que necesitamos ayuda, esto es cuando se presentan manifestaciones que
son intensas o tiene demasiada permanencia en el tiempo, afectando a la calidad
de vida personal y de su núcleo familiar, siendo conveniente consultar a un
especialista***
Fuente: http://www.elciudadano.cl/tendencias/como-detener-el-lloro-de-tu-hij-con-una-simple-pregunta/06/21/
PSICOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENCIA
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