EL RIESGO DE CONSENTIR DEMASIADO A LOS HIJOS

 Este modelo de crianza que busca anticipar y cumplir cada deseo del hijo formaría adultos débiles de carácter que no saben lidiar con los problemas de la vida común.

En su libro Hiperpaternidad, la española Eva Millet, plantea un fenómeno de crianza que se caracteriza por una atención excesiva a los hijos. Sus ganas de ser buenos padres, los llevan a estar pendientes de sus hijos de manera exagerada, resolviendo los problemas, anticipándose a ellos y haciendo las cosas en su lugar, impidiendo que los hijos se enfrenten a sus miedos.

Para la autora, existe una delgada línea entre los padres que quieren lo mejor para sus hijos y quienes caen en la hiperpaternidad: mientras el padre con sentido común le da armas a sus hijos para que se enfrenten a la vida, el hiperpadre no permite que los niños se frustren y que aprendan autonomía, con el riesgo inminente que implica formar hijos miedosos.

Les llaman niños "blanditos" y son menores que han sido criados sobreprotegidos y mimados. Se les da el gusto en todo, se le resuelven las tareas y no se les castiga para no traumatizarlos. En casos más extremos, si se caen ni siquiera se levantan por sí mismos, sino que esperan que alguien lo haga por ellos, dice la autora.

Parte de esa crianza llevaría a que aparecieran los hijos 'nini' (que ni estudian ni trabajan), porque los padres no le entregan herramientas para sacar lo mejor de sí mismos y la sociedad no los motiva a esforzarse para obtener beneficios.

Son niños que crecen sin límites, sin ninguna figura que les diga 'hasta aquí' y que si cruzan esa línea puedan pasar ciertas cosas que no sean favorables ni para ellos mismos ni para los otros. Son los clásicos niños que no aprenden el concepto que cada acto tiene una consecuencia y que te vas ganando ciertas cosas, sino creen que hagan lo que hagan van a obtener lo que quieren.

Tu hijo no entiende que hay límites, porque no se los enseñas, o le dices que sí a todo incluso cuando se porta mal, cuando lo que tendría que aprender es que cuando una conducta no es adecuada hay que restringir.

El problema se acentúa por la falta de tiempo de los papás de ahora que no se dan el espacio para compartir experiencias con ellos y no se inculcan reglas. Está el tema de las culpas. Hay un sentimiento de compensación por no estar mucho.

En estos tiempos, muchas veces los padres no quieren hacerse cargo de los niños, prefieren dar regalos o buscar distintas entretenciones para no dar regaños, buscan tiempo para ellos mismos más que para los niños y prefieren que ellos jueguen con videojuegos o computadores. No es por ser malos padres, pero no quieren lidiar con la frustración de los niños para el ahorrase el problema, no por el bien del niño.

Para los expertos, el riesgo con esta crianza es que se están formando adultos sin capacidad de pensamiento crítico, tienen una muy pobre capacidad de abstracción y no han desarrollado sus capacidades lógicas.

Son personas que han vivido como príncipes en sus casas, independiente de su condición económica, que quieren tener los derechos de un adulto, pero sin deberes. Esperan ser financiados por sus padres o abuelos y los papás no los pueden detener porque no saben qué hacer."

Criar niños extra consentidos puede formar adultos manipuladores y con  mayores probabilidades de ser dictatoriales, que aprovechan esa forma para que otros les resuelvan los problemas.

Lo cierto es que los especialistas estamos observando cómo se están formando personas que tienen tan baja tolerancia a la frustración que no resisten problemas y tienden a dejar sus responsabilidades de lado. Aumentan las probabilidades de deserción  de la universidad o del trabajo o los despiden porque no tienen las habilidades de resolver problemas porque nunca aprendieron a hacerlo.

Los padres deberían reflexionar si están entregando las herramientas adecuadas para formar el carácter de sus hijos. Cuando te das cuenta de que no eres capaz de decir nunca 'no', incluso cuando es evidente que cierta conducta no es favorable, debes estar alerta. 



PSICOLOGÍA INFANTIL Y ADOLESCENCIA

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